Elecciones autonómicas y medios de información

Manoel Barbeitos
Economista

“La prensa libre debe abogar siempre por el progreso y las reformas. Nunca tolerar la injusticia ni la corrupción. Luchar contra los demagogos de todos los signos. No pertenecer a ningún partido. Oponerse a los privilegios de clases y a la rapiña pública. Ofrecer su simpatía a los pobres y mantenerse siempre devota del bien público” (Joseph Pulitzer)

 

 

Uno de los errores más frecuentes de las izquierdas es pensar que controlando los poderes legislativo y ejecutivo ya son capaces de llevar adelante sus programas, sus reformas. Olvidan que hay otros poderes que también son quienes de ponerles palos en las ruedas como de paralizar sus acciones llegando en algunos casos a provocar dimisiones y ceses de cargos públicos. Un error que no suelen cometer las derechas que son sabedoras de la capacidad de influencia de poder como, por caso, el mediático y que por eso no dudan en regarlos con abundantes fondos públicos para que les sirvan de botafumeiros o de sacristanes. Un papel en el que, a veces, se ven acompañados de unos medios públicos absolutamente blindados cuando aquellas gobiernan.

 

Unos medios públicos como los gallegos (CRTVG) que si en el que podemos considerar información general o de entretenimiento ofertan auténtica basura, en la información política adoptan el papel de botafumeiros del poder como bien nos lo vienen recordando todas las semanas esos admirables trabajadores de esta empresa pública cuya defensa tanto de sus derechos democráticos como del pluralismo y la libertad de expresión en los medios públicos les está costando entrar en unas listas negras, casi como si estuviésemos en el franquismo. Unos medios públicos (CRTVG) que en período electoral deberían mostrar su carácter de servicio público que permite a los ciudadanos conocer, sin censuras ni manipulaciones, todas las ofertas partidarias, que apuesta por el debate político libre y plural para que los ciudadanos puedan estar bien informados a la hora de ir (o no ir) a votar. Pero entonces actúan como auténticos altavoces del poder establecido, en un alineamiento ideológico con las derechas gallegas (PPdG) que los conduce tanto a ser sus botafumeiros como a mentir descaradamente y a tergiversar la información sobre las izquierdas gallegas, sus actuaciones y sus programas. Una manipulación que no es exclusiva, ni mucho menos, de los medios públicos pero en la que está uno de los grandes peligros para la democracia.

 

Por que los medios privados gallegos, excepto honrosas y muy minoritarias excepciones mayormente digitales, están claramente alineados con las derechas políticas y económicas. Un alineamiento muy superior a lo que se da, por caso, en la mayoría de países de Occidente y a lo que contribuye su carácter de medios subvencionados (“le llaman la bien pagá”). Algo que podemos comprobar analizando la información y opinión que nos suministran diariamente, aunque de manera mucho más visible en los períodos electorales como sucede ahora, cuando tratan sobre la amnistía, los pactos del gobierno español de turno (PSOE/Sumar) con los partidos soberanistas catalanes, el asunto de los pellets, la corrupción política, la situación económica, el diálogo social, las medidas progresistas aprobadas por el gobierno de Pedro Sánchez, las decisiones judiciales, la actuación de los partidos políticos...donde tanto la información como las opiniones vertidas caminan por vías contrarias cuando no opuestos a los que lo hace la auténtica realidad sin que por eso parezca importarles faltar la verdad. Para mejor entender este comportamiento mediático sepamos que según medios independientes, que recogieron la información en el DOG, la Xunta de Galicia (PPdeG) una semana después de la convocatoria electoral repartió a dedo entre la prensa amiga dos millones de euros, cifra que prácticamente acaparan La Voz de Galicia, El Faro de Vigo, El Progreso de Lugo y La Región de Ourense seguramente los medios con más influencia en la opinión pública a pesar de ignorar la lengua gallega.

 

El grado de libertad y democracia de un país también se mide por la naturaleza y la calidad de sus medios de información y opinión. Por su compromiso con la libertad, la pluralidad, el rigor, la honestidad, la independencia y el espíritu crítico. Para nuestra desgracia la realidad de la mayoría de los medios de información y opinión gallegos deja en evidencia que la nuestra es una democracia enormemente deficitaria.

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