La honorabilidad de M.Fraga y la memoria historica

Manoel Barbeitos
Economista


Fragafeijoo


Días atrás Pablo Crespo (imputado y condenado por corrupción), que había sido Secretario de Organización del Partido Popular (PP), vino a confirmar algo que ya muchos/as gallegos/as sabíamos. Que el Partido Popular de Galicia había participado en las tramas de corrupción, por caso la Gúrtel, en la que se movió aquel partido en las últimas décadas. Según este dirigente popular, cuando era el responsable de la organización gallega, el 65% del dinero que se movía en las campañas electorales gallegas era en negro. Más aún: durante esa época se pagaron a altos cargos del partido en Galicia sobresueldos en negro, dinero que él llegó a repartir personalmente.


La relevancia de estas declaraciones deriva de que lo citado Pablo Crespo fue secretario de Organización del Partido Popular de Galicia entre los años 1995 y 2003, período en el cual Manuel Fraga Iribarne (1.990/2005) sería Presidente da Xunta de Galicia y Presidente del Partido Popular de Galicia, siendo Xosé Cuíña Secretario General del mismo partido (1990/1999) al tiempo que Conselleiro de Obras Públicas. Que cada quien saque sus propias conclusiones, pero a muchos no nos convencen los argumentos de que Fraga Iribarne desconocía el origen del dinero que financiaba sus campañas. No era tan ingenuo.


Es necesario también señalar que por esas fechas (1991) Alberto Núñez Feijóo ya ocupaba altos cargos administrativos, tanto en la Xunta de Galicia (con Manuel Fraga) como en el Gobierno de España (con José María Aznar), todos en nombre del Partido Popular: Secretario General de la Consellería de Sanidad y Servicios Sociales, Secretario General de Asistencia Sanitaria, presidente del INSALUD….Cargos de grande relevancia política que ponen en muy serias dudas que no había sido, por tanto, conocedor de la trama corrupta en la que se movía su partido tanto a nivel de Galicia como de toda España. Mucho más cuando se tienen pruebas documentales de su excelente relación con conocidas e históricas figuras del narcotráfico gallego que aparecían mezcladas con las citadas tramas de corrupción.


En este contexto no dejan de ser tremendamente significativas las recientes manifestaciones de Núñez Feijóo, respondiendo las anteriormente citadas declaraciones de Pablo Crespo, en las que reivindicaba “la honorabilidad de Manuel Fraga”. Significativas tanto por el personaje político en cuestión (Manuel Fraga) como por el silencio sobre la honorabilidad de miles y miles de ciudadanos gallegos, asesinados por los franquistas (unos 5.000 so entre a los años 1936 y 1939), cuyos cadáveres aún están perdidos en las cunetas, en fosas comunes, y/o en el fondo de las rías, guardan tanto este político como su partido (PP), que frena cualquier intento de hacer justicia histórica las víctimas de la criminal dictadura franquista. Víctimas cuyos familiares tienen incluso que soportar las continuas y crueles humillaciones de que son objeto por destacados dirigentes de tal partido (PP), por caso con hechos como la condecoración de torturadores del franquismo, caso ‘Billy El Niño’, y/o la legalización y financiación pública de fundaciones como la Francisco Franco.


Reivindicar la honorabilidad de Manuel Fraga es reivindicar una trayectoria política que no deja de ser una clara muestra de complicidad por parte de Núñez Feijoo. Complicidad con una trayectoria política en la que la dictadura franquista ocupa un lugar relevante como es bien sabido. Y no estamos hablando de una dictadura precisamente blanda, sino de la dictadura más criminal y sangrienta del siglo XX. Una dictadura en la que Manuel Fraga ocupó el Ministerio de Información y Turismo (1962/1969), que no dejaba de ser un ministerio de propaganda del régimen franquista (“veinticinco años de paz”). Un tiempo en el cual tuvo lugar, entre otros, el asesinato legal del dirigente comunista Julián Grimau (fusilado en el 1963), ejecución que M. Fraga no solo defendió, sino que lideró la campaña propagandística del régimen franquista que justificaba el crimen, algo de lo que nunca renegó, en lo que es una prueba más de su honorabilidad.


Por estas razones reivindicar la honorabilidad de Manuel Fraga y reivindicar la honorabilidad de la dictadura franquista. Recordemos que no solo consideraba que “el franquismo sentó las bases para una España con más orden”, sino que nunca se desdijo de afirmaciones como estas: “es evidente que el glorioso alzamiento popular de 18 de julio de 1936 fue uno de los más simpáticos movimientos político-sociales de que el mundo tiene memoria. Los observadores imparciales y el historiador objetivo tienen que reconocer que la mayor y la mejor parte del país fue la que se alzó, el 18 de julio, contra un Gobierno ilegal y corrupto, que preparaba la más siniestra de la revoluciones rubias desde poderlo” (Manuel Fraga Iribarne. Oficina de Información Diplomática.)


Con tales evidencias, cuando se reivindica la honorabilidad de un político con esta trayectoria, al tiempo que se condena al ostracismo las víctimas de una cruel dictadura de la que fue dirigente, se está haciendo una declaración firme e inequívoca a favor de una ideología corrupta y totalitaria. Al mismo tiempo reivindicar la honorabilidad de Manuel Fraga al tiempo que, por caso, se cuestiona la conducta de unos políticos de la oposición (Luis Villares, Xaquin Leiceaga y Ana Pontón) con una trayectoria democrática impecable, algo que no puede presentar Núñez Feijoo, es alinearse con los enemigos de la democracia. Hoy por hoy se puede afirmar que uno de los grandes déficits democráticos de Galicia es la carencia de una derecha articulada que asuma sinceramente que la democracia es la mejor de las opciones políticas para la defensa de sus intereses económicos y sociales. En este marco la opción por el Partido Popular (PP), que sigue negándose a condenar la dictadura franquista, no es una apuesta por la democracia. 

1 Comentarios

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Xornais galegos comprados polo governo de Galicistán non foron quen de investiga-la corrupción instalada polo silencio cómplice. Si M. Fraga Iribarne non soubera nada nada dos amaños nas adxudicacións de obras públicas galegas, tendo en conta o coñecemento que tiña da realidade, penso que foi porque non lle interesou destapalo porque era a financiación do PP e de moitos cargos intermedios.

escrito por Javier Pernas Verdugo 25/nov/18    00:44

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