La presencia de Carlos Mouriño en el mitin de Ayuso en Vigo suscita polémica en redes entre los celtistas

El último gran acto del PP ayer en Vigo tuvo de protagonistas a Isabel Díaz Ayuso, a Alfonso Rueda...y a Carlos Mouriño. Este último fue, tal vez un protagonista involuntario, ya que el expresidente del Celta -dejó la entidad en manos de si hija Marián y ahora actúa como presidente de honor- salió retratado en el acto, ocupando uno de los asientos de las primeras filas, reservados para las más altas autoridades. Su presencia ha sido interpretada en redes sociales por muchos aficionados del club celeste como la constatación de la "politización" que experimentó el club durante los años de Mouriño al frente de la entidad, marcados por una serie de rifirrafes de índole política.

EL CELTA: ¿UN INSTRUMENTO POLÍTICO?

En este sentido, algunos han acusado en este tiempo al mandatario de utilizar al Celta como un arma política para enfrentar a la Xunta y al Concello de Vigo. Así, Balaídos ha sido uno de los campos de batalla en la guerra entre Abel Caballero y Feijóo en su día o Rueda en la actualidad. Ahora, con la Deputación de Pontevedra del lado de los populares, el estadio del club olívico y sus reformas siguen siendo motivo de disputas, con su candidatura para albergar alguno de los partidos del Mundial 2030 todavía pendiente. 

Por otra banda, la "amistad" de Mouriño con los populares viene de lejos. Es su buena relación con Nidia Arévalo, regidora de Mos, la que permitió el desembarco del Celta en el municipio al levantar la Cidade Deportiva Afouteza. También su relación con la Xunta fue clave para impulsar el proyecto Galicia Sport 360, la 'Factoría del Deporte' que Mouriño presentó como el gran proyecto económico en el futuro del Celta y que recibió el gran espaldarazo por parte del Gobierno de Galicia. 

No obstante, tanto la construcción de la Cidade Deportiva como el lanzamiento del proyecto no han estado exentos de polémica, con diversos procesos judiciales y la oposición de los comuneros de Tameiga, donde se levantan las instalaciones, por una recalificación ilegal de los terrenos, un hecho que juzgó el TSXG, declarando ilegal la infraestructura y obligando a la Xunta a catalogar el proyecto de interés autonómico. Ahora, son distintas autoridades las que consideran inviable el proyecto y podrían tumbar la iniciativa.

En este escenario, muchos consideran que la presencia de Mouriño en el acto de los populares resulta una "torpeza" en un momento tan delicado, ya que, en adelante, cualquier movimiento conjunto del empresario o el propio Celta con gobiernos del PP pueden suscitar más sospechas, como ya ha ocurrido en redes sociales. 

Los aficionados celtiñas han destacado las imágenes del exdirigente y aprovechado la ocasión para censurar el "pelotazo urbanístico" del club en Mos, la gestión del club en los últimos años -especialmente en la política de fichajes- o la actualidad deportiva del Celta, que no atraviesa su mejor momento y que en estos momentos coquetea con el descenso para desencanto de los incondicionales, que piden cambios inmediatos para evitar la deriva del equipo.