#Claves de la semana

¿Cómo se verá afectada Galicia si el cambio climático se agudiza?

Los cambios climáticos han sido una constante en el planeta desde que este tiene atmósfera. Glaciaciones y períodos secos y otros cambios drásticos han moldeado el planeta hasta el día de hoy. Pero, ¿cómo se vería afectada Galicia si continúan aumentando los picos de calor, los períodos de lluvia torrencial y sequía extrema? 


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Archivo - Playa en A Illa de Arousa
Archivo - Playa en A Illa de Arousa

El cambio climático es un proceso que se mide a lo largo de períodos de tiempo que pueden abarcar décadas. No es un proceso que vaya a suceder de una forma más o menos repentina, es la suma de una serie de procesos que tendrán consecuencias en una proyección temporal que puede incluir varios decenios, incluso un siglo. Los fenómenos que actualmente está advirtiendo el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) son el aumento de temperaturas globales que pueden afectar a la vida en el planeta (hambrunas, sequías, elevación del nivel del mar, cambios meteorológicos bruscos, etc.). En uno de sus documentos, el IPCC declara que: “el calentamiento causado por las emisiones antropógenas desde el período preindustrial hasta la actualidad durará de siglos a milenios y seguirá causando nuevos cambios a largo plazo en el sistema climático, como un aumento del nivel del mar, acompañados de impactos asociados (nivel de confianza alto); no obstante, es improbable que esas emisiones por sí solas causen un calentamiento global de 1,5 °C (nivel de confianza medio)”. Todos los fenómenos descritos en estas líneas, ¿cómo nos afectarían en Galicia?

 

INCIDENCIAS SOBRE SECTORES ECONÓMICOS

Manuel Santos es miembro de Greenpeace en Galicia y su respuesta también recurre al IPCC: “habrá un aumento de períodos secos en series de varios años, por otra parte, en Galicia se observa una cierta concentración de las lluvias en períodos específicos de tiempo”. Otras señales son, por ejemplo, “los grandes incendios, que antes eran clasificados así cuando afectaban a 500 hectáreas, ahora podemos encontrar incendios de 700 hectáreas por toda Galicia”.

 

¿Económicamente cómo nos puede afectar? Existen tres grandes sectores que se pueden ver muy afectados. En primer lugar, los incendios señalan un punto clave de la economía gallega: la industria de la madera. Otro punto clave es la agricultura en sus diversas formas, incluyendo el pastoreo y la ganadería intensiva o extensiva. El tercer punto es la pesca y el marisqueo. Se puede añadir un cuarto: el turismo, muy dependiente de la estacionalidad según lo que busquen los y las turistas.
 

“Somos dependientes de industrias dependientes del clima” dice Cristóbal López de Ecoloxistas en Acción. “Si de repente pasamos a variaciones de tiempo muy volubles, con variaciones muy marcadas en semanas, la primera gran perjudicada es la agricultura”. En ese sentido, es posible que algunos cultivos actuales no puedan resistir los cambios y haya que pasar a otras plantas. “Si la temperatura sigue subiendo es probable que aparezcan nuevas plagas antes desconocidas y que no se puedan combatir con la tecnología actual”. Dentro de la agricultura también se incluye la silvicultura, la plantación de árboles como el eucalipto, imprescindible para la industria celulosa.

 

AGUA

El mar tampoco se libra. Como gran contenedor de CO2, durante milenios ha sido un regulador esencial de la temperatura global. Sin embargo, la temperatura de las aguas marinas ha aumentado en todo el planeta. En el caso de la costa gallega en el verano de 2023 se registraron medias de entre 17 y 19ºC, un fenómeno en principio inusual para aguas frías como son las del Atlántico y Cantábrico. De seguir esta tendencia “las corrientes marinas variarán y los peces seguirán a las corrientes frías que se irán alejando de la costa” dice Cristóbal López. Este fenómeno “hará que los pescadores tengan que alejarse cada vez más del litoral para pescar y hacerlo también a mayor profundidad”.

 

Por otra parte, el aumento de gases en el agua marina acidifica el agua convirtiéndola en un lugar poco favorable para la fauna y microorganismos que viven en ella. A esto se le suma la excesiva presencia de microplásticos (los pelets llegados a la costa gallega, por ejemplo) que al final acabarán en la cadena alimentaria (lo mismo que con los productos sacados de la agricultura y ganadería).

 

La producción de marisco, sobre todo bivalvos, ha experimentado una reducción drástica en las últimas campañas. En paralelo a esta reducción se han dado fenómenos de temperaturas elevadas en el mar y de la disminución en cuanto a salinidad en el agua de las rías. “El agua torrencial reduce la salinidad en las rías, la apertura de compuertas en los embalses para desaguar ayuda a disminuir la concentración de sal y esto mata la siembra de bivalvos” señala Manuel Santos. Ya han sido varias las voces que se han levantado contra esta acción de las hidroeléctricas de abrir compuertas sin previo aviso. 

 

Por otro lado tenemos el problema del agua. Si bien es cierto que especies muy dependientes del agua como es el eucalipto pueden drenar el suelo y secarlo, los colectivos ambientalistas señalan que “en Galicia vivimos al día con el agua”. El suelo granítico y rocoso permite el “relleno” de cavidades en el suelo, el resultado son acuíferos limitados. En suelos porosos como Castilla, es posible encontrar acuíferos más amplios. En Galicia zonas así se encuentran en el Baixo Miño y A Limia. 
 

“Durante el invierno pueden caer grandes cantidades de agua” pero mucha se pierde en las corrientes superficiales al no ser absorbida por el terreno. “Una época de sequía se deja notar rápidamente en Galicia porque los acuíferos no son suficientes” señala López. “Nuestra forma de vivir está basada en un supuesto exceso de agua” indica Santos. La elevación de temperaturas y la prolongación de épocas secas afectará de forma abrupta al sur de Europa, Península Ibérica incluida. Y aunque Galicia sea una zona “húmeda”, lo cierto es que puede verse también muy perjudicada en sus reservas hídricas. Se hace necesario, por tanto, una regulación más estricta con el agua si se quiere evitar daños considerables por culpa de las sequías.

 

Si los efectos del cambio climático se dejan notar en Galicia la solución vendrá de un consenso global para, de alguna forma, amortiguar sus efectos. Aun así, estas consecuencias se dejarían notar durante un período largo de tiempo, incluso con aumentos de temperatura “seguramente por inercia” que irían disminuyendo con el paso de las décadas. Por eso los diferentes llamamientos al consenso global si se desea frenar el perjuicio local.

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